Las cocinas de Bogotá se enorgullecen de tener una gastronomía propia, característica, sabia amalgama de influencias indígenas, españolas y africanas. Ven y descubre los platos típicos de Bogotá que no puedes perderte.

El eternamente impredecible clima bogotano que tantas alegrías y tristezas nos regala de fecha en fecha tiene mucho que ver con lo que se cuece en las ollas de la capital. Platos contundentes, untuosos y sin adornos superfluos pensados para cubrir caloricamente las largas y habitualmente frías jornadas de la metrópoli.
Como toda ciudad que se precie, Bogotá ofrece un sinfín de posibilidades culinarias interesantes, cocina internacional y gourmet de calidad a precios relativamente razonables, pero en esta sección vamos a ocuparnos únicamente de hablar de algunos de los platos más típicos de la cocina local bogotana.
Contenidos
Ajiaco
Uno de los platos emblema de esta cocina típica de los bogotanos es el ajiaco santafereño.
Esta sopa, elaborada con varios tipos de patatas, pollo, maíz, guascas y bañada con una buena ración de crema de leche y alcaparras, se acompaña de un plato de arroz cocido y una generosa rodaja de aguacate. Así que más de uno empezará a sudar (literalmente) si consigue terminar con todo el ajiaco.

Existen incontables restaurantes que lo sirven pero si se quiere degustar un ajiaco sabroso y bien elaborado recomendamos el restaurante Antigua Santa Fé o la Puerta Falsa.
Si eres de los que no te gustan las alcaparras y la crema de leche, puedes pedir el ajiaco sin ellos. Más ligero e igual de rico 🙂
Caldo de Costilla
El caldo de costilla bogotano es todo un levanta muertos que se puede tomar a cualquier hora del día. Personalmente nos gusta mucho tomar este tipo de caldos en el desayuno (si, has oído bien) o en la comida y son una forma relativamente saludable y muy nutritiva de recargar pilas para el día a día en la ciudad.

Muchos «desayunaderos» y «piqueteaderos» del centro y el norte de Bogotá incluyen el caldo de costilla en su carta.
Empanadas
Las empanadas son uno de los platos más típicos de todo Colombia. Su capital no podría ser menos en este aspecto y en Bogotá se pueden encontrar una gran variedad de preparaciones de empanada prácticamente en cualquier esquina.

Empanadas elaboradas con masa de maíz, de trigo o de yuca y rellenas de carne, arroz, verduras, etc. La variedad es casi infinita. Lo mejor es que experimentes por ti mismo en varios puestos y, sobre todo, intenta que las empanadas en cuestión estén recién hechas. Las empanadas frías o recalentadas pierden mucho 🙂
Lomo al trapo
Los colombianos tienen una gran pericia a la hora de cocinar las carnes. Muchos asaderos cuentan con verdaderos maestros en eso de darle el punto perfecto a la carne, moviéndose “como pez en el agua” mientras manejan enormes jaulas llaneras atizadas con leña.
💡 Una de las mejores técnicas para obtener de la carne un punto superior de jugosidad es la del lomo al trapo.
Se cubre una buena pieza de lomo en sal fina, se rodea con un trapo de algodón bien húmedo y se dispone sobre las brasas de un buen fuego, y cuando me refiero a un buen fuego es uno bien llameante.
Y voilá, la magia ya está hecha. Eso y una buena cerveza fría te harán subir a lo más alto.
El lomo al plato es típico en reuniones y asados y, aunque no sea una de las carnes más económicas, el gasto merece la pena.
Uno de los mejores lomos al plato que puedes comer en Bogotá lo preparan en la ilustre cadena de restaurantes Andrés Carne de Res que como su propio nombre indica lo borda en eso de elaborar todo tipo de platos carnívoros.
Picada
Las picadas son un popurrí de papa criolla o patata francesa, salchicha, chorizo, morcilla de arroz (la clásica morcilla de Burgos española) tripas y/o corazón de vaca, siempre dependiendo de lo que tenga a mano el cocinero de turno.

La pareja perfecta de esta típica tapa bogotana es una cerveza nacional bien fría. Se encuentran buenas picadas en los pequeños restaurantes y piqueteaderos del mercado de la Perseverancia.
Puchero bogotano
El plato guarda ciertas similitudes con el cocido madrileño, aunque sirviéndose de productos de la tierra como la yuca, la arrachaca y el plátano.
La mezcla de estos ingredientes con el pollo, las carnes, la zanahoria, la cebolla, las papas y los garbanzos le aporta un sabor muy apetitoso. Ideal para días fríos y lluviosos en Bogotá.
Pelanga
La pelanga es una contundente mezcla de hocico de cerdo o de res mezclado con oreja y lengua entre otros. Es muy típico en fiestas y celebraciones tradicionales de barrios populares como el de Egipto.

Cocido Boyacense
El cocido boyacense es otro de los clásicos de la cocina bogotana. Este plato típico de Boyacá se prepara con cerdo, res, pollo, mazorcas y arvejas entre otros ingredientes y es muy nutritivo y llenador.
Vamos, comfort food en toda regla 🙂
Tamal con Chocolate
Básicamente un tamal es una mezcla de ingredientes, normalmente varios tipos de carnes y harina de maíz, envueltos en hoja de banano, que es lo que le aporta ese sabor tan característico.

Dirán los puristas que el modo de preparación es uno u otro, pero en la práctica la gente lo elabora siguiendo recetas que pasan de padres a hijos.
Para algunos, el auténtico tamal santafereño se elabora a base de harina de maíz, piezas de pollo y cerdo, arvejas y/o garbanzos y un poco de hogao (un sofrito muy básico de tomate y cebolla).
Para comer un buen tamal acompañado de la clásica taza de chocolate recomendamos visitar la Puerta Falsa o la cafetería Florida, en la carrera séptima. Si estás en Cali, los mejores tamales vallecaucanos se elaboran en el restaurante Ringlete.
Chicha
En definición la chicha engloba toda bebida alcohólica fermentada a base de maíz, aunque también pueden utilizarse otro tipo de frutos en su elaboración, encontrando cierta tradición en la producción de chicha a base de yuca, batata o piña.

La chicha es una bebida tradicional latinoamericana, espesa, de color amarillento y de dudoso sabor. La graduación alcohólica de esta bebida varía de uno a tres grados.
Prohibida en varias ocasiones por el gobierno colombiano, una de ellas en 1921, probablemente por la aparición de las industrias de bebidas gaseosas y cerveza en el mercado, Bolívar la prohibió en 1820 a causa de la muerte de 50 soldados, demostrándose a posteriori que se debieron a otras causas.
Se dice que los muiscas, pobladores de la meseta cundiboyancense colombiana, eran grandes aficionados a todo tipo de bebidas y alimentos procesados y la chicha era una de sus predilectas, sobre todo a la hora de rendir culto a Nemcatacoa.
De rudimentaria elaboración, se cuenta que antiguamente se masticaban las semillas, consiguiendo la fermentación a base de la saliva.
En el transcurso de los siglos XVIII y XIX la chicha se convirtió en una bebida muy consumida por las clases populares, despachada en una suerte de cantinas llamadas chicherías, lugares de ocio y recreo de su época que acabaron considerados como una amenaza para la sociedad, terminando con la prohibición de la venta y consumo de la bebida espirituosa durante un largo periodo de tiempo.
Bogotá llegó a tener en su apogeo más de 900 chicherías, muchas de ellas en lo que es ahora el barrio de La Candelaria.
En la capital de la República actualmente la chicha está reivindicando su importancia como bebida emblema de una cultura ancestral apareciendo en los modernos menús de muchos restaurantes y coctelerías, reinventada en dispares combinaciones y formas de presentación. No dudes en preguntarle al mesero.
Pese a que la cerveza fue ganando mercado en detrimento de la chicha, ésta continúa como ganadora moral de la batalla durante las celebraciones de las fiestas más tradicionales de los barrios obreros de Bogotá, ya sea en las fiestas del barrio de Egipto celebrando en enero la llegada de los Reyes Magos o en el muy popular “Festival Nacional e Internacional de la chicha, el maíz, la vida y la chicha” festejado en el barrio de la Perseverancia.
Este barrio, cercano al de La Macarena y que abarca aproximadamente desde las carreras 1 y 5 hasta las calles 31 y 33, celebra su festival durante el mes de octubre desde hace más de 14 años. Para los viajeros que no tengan la suerte de coincidir en la capital durante esas fechas, no preocuparse, La Candelaria y concretamente la plaza del Chorro de Quevedo es el lugar ideal para degustar chicha cualquier día del año.
✔ El afamado Callejón del Embudo se ha ganado este honor en la capital, proliferando los locales de venta del elixir andino.
En cuanto al sabor, todo lo que podemos decir es que esta atávica bebida es toda una experiencia para el paladar. Mejor que cada uno lo descubra por sí mismo… y recuerda, la chicha no es solo una bebida, es el orgullo y tradición de todo un pueblo 🙂
Nosotros podemos confirmar que sabe a rayos y que sienta como si te hubieses bebido un zumo espeso de ketchup amarillento y ácido. Aunque, ya se sabe, el sabor depende de los ingredientes utilizados, del grado de fermentación y del nivel de azúcares que se empleen en su producción.
Es importante precisar que existen un montón de variedades de chicha en el centro y el sur de América y que en Colombia se distinguen principalmente dos: la chicha andina (fermentada) y la chicha sin alcohol.
Así que si estás de visita en Bogotá y quieres probar una bebida milenaria, probablemente muy diferente a las que estamos acostumbrados hoy en día, no dejes de darle una oportunidad a la chicha.
Chucula
La chucula es una especie de chocolate de cereales elaborado con cebada, arroz, trigo, habas, lentejas, maíz, arvejas, soja, cacao, panela y especias, realmente muy completito.

Esta es una receta tradicional boyacense, muy típica de Semana Santa y pensada para tomar bien caliente.
La preparación es muy simple, solo hay que mezclar una bolita de esta preparación con un poco de agua o leche hirviendo y revolver bien hasta que se desmenuce completamente.
De sabor es bastante rico y es una opción o alternativa más saludable al cacao normal. También se puede comer en seco, como tentempié, aunque resulta algo más pesado de digerir.
La chucula es un producto muy de la tierra, que quizás no sea muy popular entre los más jóvenes y que también ha perdido algo de tirón entre los más viejos, pero es un producto natural, saludable y muy nutritivo.
Las onces bogotanas
“Las onces” son un equivalente a nuestra tradicional merienda. Antiguamente solían disfrutarse al llegar a casa, aunque ahora las costumbres cambian y a veces el tiempo escasea, por lo que también suelen tomarse en la calle.
Sin duda la taza de chocolate caliente y la almojábana eran y son los platos estrella, aunque también son muy típicos el chocolate acompañado de queso antioqueño o campesino, el tamal, el vasito de agua de panela o el bollito de pan.
La panela es el jugo de la caña de azúcar solidificado, una opción más saludable que el azúcar tradicional.
Aunque en la tradición más pura de las onces se toma únicamente el agua de panela, también se acostumbra a tomar ese agua acompañado de un poquito de canela y limón. Las almojábanas, el pan de yuca o el pandebono son también clásicos de las onces.
Básicamente son unos bollitos elaborados con una importante cantidad de queso. Los primeros se confeccionan con azúcar, mientras que en el pan de yuca y el pandebono además de no ser dulces, utilizan almidón o harina de yuca en su elaboración.
✔ Las arepas, la mantequilla o la mermelada tampoco pueden faltar en esta peculiar tradición colombiana.
Postres
Los postres bogotanos también son contundentes pero, sobre todo, muy dulces. Si quieres ver un compendio de los dulces más característicos de la capital y casi de todo el país, solo tienes que echarle un vistazo a los escaparates de la Puerta Falsa y negocios aledaños, situados en la calle 11 entre las carreras 6 y 7.

Brevas (higos) con arequipe, chocolate con cacahuetes, galletas de coco rallado o cocadas en sus diferentes versiones, tres natas y colaciones, pequeñas galletitas muy populares como tentempié.
Muchos de estos platos y postres habitualmente se acompañan de un chocolate caliente, una cerveza o un refresco, aunque también funcionan bien con un buen vaso de avena, masato ( bebida a base de arroz y panela), chicha o sabajón.
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